lunes, 28 de enero de 2013

La mayúscula América de Simón Bolívar


Cuba amanece este día presidiendo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), luego del efímero encuentro entre este organismo y la Unión Europea (UE).
Así es como se reviste el actual proceso de integración social latinoamericano, arropando a uno de los territorios que hicieron frente al dominio yanqui, cuando el sometimiento a estas tierras había sido heredado de los españoles.
Dicho proceso sostiene una llama de peculiar energía. Pese a las conquistas, golpes de Estado, dictaduras e intervencionismos que se manejan aún desde las regiones capitalistas, ahora logra continuar con el transcurso de la independencia frente al imperio (cualquiera que éste sea, por su gran cantidad de rostros), muy acorde a lo que pensó e hizo un aristócrata venezolano en el siglo XIX: Simón Bolívar.
Desde los albores del presente milenio ya se fraguaba la autonomía, y pronto denota una fuerza descomunal ante las consideradas potencias mundiales, mismas que han trazado una pregunta en sus mentes: ¿Se trata de un acto rebelde?
En efecto, América Latina comenzó a desprenderse de las actitudes de yugo a las que se pensó estaba destinada, con los dos pies sobre el cuello, por lo que diversos mandatarios propusieron como una idea el surgimiento de la CELAC, durante una reunión en 2010 efectuada precisamente en México.
El grupo se activó desde un perfil regional alternativo a la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la que sí interviene Estados Unidos de Norteamérica.
Actualmente son 32 países los que integran la comuna, luego de que Paraguay fuera retirado por consenso en 2012, tras el golpe Legislativo que se produjo en contra del ex presidente Fernando Lugo.
Tanto los números oficiales como la visibilidad de las calles de algunos de los Estados de la CELAC, denotan las decisiones tomadas por los mandatarios, particularmente en Sudamérica, cuyo enfoque refiere un beneficio en términos sociales.
Los casos de Brasil y Argentina, consideradas las economías más sólidas de Latinoamérica, junto con México, son sólo una parte de la visión que acompaña a sus pueblos, en temas como permitir que la mayor parte de sus habitantes tengan acceso a la alimentación o la oportunidad del empleo para millones. En México, es claro, esto sólo puede observarse a la distancia.
En este sentido marchan también países como Uruguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela, de donde emergió Simón Bolívar y su actual mandatario, Hugo Chávez Frías, quien ahora convalece en Cuba tras el proceso de erradicación del cáncer que padece, con métodos alternos recién implementados en la isla, como pudiera ser la *Biodescodificación.
La transición latinoamericana, sin embargo, está en espera de que la integración económica, política y social de México  y Colombia (en cuyo camino se apoya de Venezuela en los Diálogos de Paz con las FARC) a la región, pronto se materialice.
El imperio yanqui continúa bajo su tradicional operación golpista, y la Unión Europea viaja aceleradamente a la extinción (o cambio de faceta, mejor dicho) en el mediano plazo, como lo dejó ver el Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron, con su eventual consulta al pueblo sobre la salida británica de la eurozona (claro, votación que llevaría a cabo sólo de ganar las elecciones de 2015).
El anuncio anticipado pone en la mira la obstinación de Grecia y España (desde la presidencia), de sostener la presión que ejercen sus respectivas deudas, a costa del grito en contra que han emitido sus habitantes.
El proceso que se vive en América Latina se encuentra más sólido hoy que hace dos siglos, cuando el libertador Simón Bolívar logró (tras no pocos intentos fallidos) la independencia de Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Venezuela, y cuyo ideal se extiende por toda la Mayúscula América, como la concibió Ernesto “Che” Guevara.
Así que frente a los cambios por los que atraviesa la humanidad, Latinoamérica sostiene una flama que alumbra un camino autónomo.




*Entiéndase como método que, al aplicarse, detecta el conflicto (biochoque) que genera una enfermedad, para su posterior tratamiento. “Es aprender a descodificar numerosas enfermedades físicas”, en palabras de Enric Corbera, uno de los actuales exponentes del tratamiento (http://www.naturalenric.com).

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