Apenas
se desvanece la vida -material- de Manuel Vázquez Luna, miembro y portavoz de
la organización pacifista de Las Abejas, sus compañeros reafirman la
propagación de una autonomía cada vez más sólida y, para furia de unos cuantos,
visible.
“Manuelito”
-como se le conoce en la intimidad de la resistencia indígena- tenía un tumor
cerebral que le fue detectado en 2009, lo que lo mantuvo bajo quimioterapias y radioterapias en el Instituto Nacional de Neurología y
Neuropsiquiatria (INNN) de la Ciudad de México.
Pero el 22 de octubre pasado tuvo que ingresar al Hospital de
Las Culturas,
en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Bastaron poco más de dos semanas para
que Manuelito falleciera (10 de noviembre de 2012).
En
su informe, Las Abejas denuncian negligencia al interior de este nosocomio, un
complejo del que bien habló el saliente (incluso, al parecer, del país) Felipe
Calderón, hace dos años, cuando lo inauguró.
El
Hospital beneficiaría “a más de 600 mil” habitantes de unos 20 municipios que
conforman Los Altos de Chiapas; sin embargo, tal parece que las cifras fallaron
con una de estas personas, en la humanidad de Manuelito.
“Estamos indignados, aunque quizá la enfermedad de Manuelito
ya no tenía alternativa, pero eso no quería decir que se le tratara con
discriminación, ni que fuera víctima de negligencia médica como lo sufren
muchos otros y otras pacientes en el mencionado hospital (…) El problema es que
el sistema de salud mexicano es ineficiente y no está pensado para una salud
digna”, refieren Las Abejas.
Entre otras denuncias, Las Abejas refieren que en dicho
hospital les obligan a pagar el Seguro Popular, “pero como organización no
estamos de acuerdo con este programa ya que es nuestro derecho decidir o no
aceptar y esa decisión de nuestra organización nos la tienen que respetar. El
programa de Seguro Popular no lo rechazamos por ignorancia, sino, porque es una
imposición y política de privatización de la salud (sic)”.
Entonces -preguntan- ¿Por
qué le pusieron “Hospital de Las Culturas, si no respeta nuestra cultura de
pueblo originario? ¿O de cuál “cultura” hablan? Esta actitud del personal del
hospital es una falta de respeto a la dignidad humana.
Como en el caso de cientos de miles por todo el país,
Manuelito fue un paciente más en un hospital más. Él, que sobrevivió incluso a
la masacre perpetrada hace casi 15 años en Acteal; él, que ya no encontró con
vida a sus padres después de aquel 22 de diciembre de 1997; él, que no pudo
contar la tragedia a sus hermanos, muertos también en la escena; él, no logró
ya resistir la vergüenza de tan alevoso sistema de salud.
Sin embargo, ahora se conserva como el guardián de la memoria
y el caminar indígenas, en aquellos rumbos de Los Altos de Chiapas.
“Hermano y compañero Manuelito, así como empezamos escribiendo este
documento que el sistema de salud aquí en nuestro México no nos ayuda a
nosotros los pueblos originarios, tú mismo fuiste testigo en uno de los
hospitales de cómo es su atención y servicios. Manuelito cuéntale todo eso a
nuestro Papá-Mamá Dios y pide por nosotros y nosotras tus hermanos que sigamos
firmes en la construcción de la paz con justicia y dignidad; que nunca nos dé
miedo denunciar las injusticias y crímenes de los malos gobiernos”.
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