domingo, 20 de mayo de 2012

Mayo... Una vez más



Éramos miles. Despertando, retornando el poder a esta Nación. Aquello era algo insólito. Hombres y mujeres bajo un fin común ¡México libre!
La cantidad de gente congregada fue evidente; sin embargo, eso no fue lo esencialmente esperanzador, sino la gran fuerza que se mueve por debajo de los manifestantes: una consciencia emancipadora.
Enrique Peña Nieto concentra los motivos por los cuales los mexicanos manifestamos una postura, aquella en la que no tiene cabida el autoritarismo, la represión, la intolerancia, la no aceptación a la diversidad y, por supuesto, la dominación que hace largo tiempo nos ha tenido en somnolencia.
Mas, este personaje es sólo el instrumento.
Así que durante la marcha se emitieron las más diversas consignas en su contra, así como los grupos de la más variada procedencia. Uno de ellos, el que conmovió la manifestación, fue el de San Salvador Atenco, que con machetes en mano y por bandera a Zapata, rebasó el umbral de un recuerdo lejano y distante: “¡Atenco, hermano, nosotros no olvidamos!” se exclamó en el Ángel de la Independencia.
Una juventud estridente, lo que se necesita para vivir una transición en el país, llenó de algarabía las calles de la Ciudad de México. Y con ello, naciones enteras contemplaron lo sucedido en el ombligo del universo.
La exigencia de miles de voces hecha un solo cuerpo cimbró al mundo. La noticia es que México está despertando.
Y el punto de partida fue la ‘revuelta’ que se produjo en la Universidad Iberoamericana, el mismo día en que el priista acudió a esa casa de estudios. Un día de mayo… Una vez más, como aconteció aquel año del 68 y como factor principal, Francia.
A partir de aquel 11 del quinto mes, dichas acciones encontraron reacción en el resto de los universitarios y, en general, del país.
Así se produjo esta gran movilización, que inició en el Zócalo para dirigirse al Ángel de la Independencia, y que se mantiene viva, porque las marchas continúan, la energía mexicana apenas inicia y nos encaminamos hacia nuestro despertar.

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