Vago secreto de amargura que se encierra en el azabache color de su mirada, con siniestro clamor le recuerdo.
Impulsado por el rosado lecho de mis pies avanzo entre los cenegosos caminos de su ausencia, ahora pido una batalla más, un fuego que de sus palabras arda, de su fuego sólo las huellas, solo.
La nostalgia terrible de una vida perdida,el fatal sentimiento de haber nacido tarde,o la ilusión inquieta de un mañana imposible con la inquietud cercana del color de la carne; te nombro en mi absoluto silencio, te hiero en mi sanguinea tristeza.
A la lluvia serena me encomiendo, a su tristeza resignada de cosa irrealizable, tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarte.
Te recuerdo.
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